domingo, 24 de febrero de 2008

MI MUSA DE INSPIRACION



Carmela, mi Musa y Amor por siempre.

En la mitología griega las Musas eran, según los escritores más antiguos, las diosas inspiradoras de la música. Posteriormente se conocieron como divinidades que presidían los diferentes tipos de poesía, así como las artes y las ciencias.

Fueron consideradas ninfas inspiradoras de las fuentes. Son hijas de Zeus que propician la inspiración, la dominación de la propia sensibilidad momentánea o duradera, una ilusión que cobra forma en palabras, grafos, ideas, gestos o imágenes.

Es posible que la esencia de la fotografía esté ligada a ese mágico encuentro de inspiración entre el objetivo de la cámara y el modelo a fotografiar. Las musas, hoy en día, siguen susurrando a los oídos con palabras nuevas, portando un léxico sabio hábilmente aprendido. A veces el encuentro ocurre frente a un paisaje, en otras ocasiones el objeto es una montaña, un utensilio…

Pero cuando el vínculo se establece entre dos personas, el fotógrafo y el modelo de su imagen, el lenguaje y la comunicación entre ambos se carga inevitablemente de electricidad. La Musa regresa entonces convertida en carne. Respira, erotiza y se deja fotografiar.

La fotografía puede llegar a convertirse en un camino plagado de suertes y de peligros, un viaje placentero o todo un “acto de funambulismo”, significa el arte de hacer equilibrio en una cuerda) según palabras del fotógrafo Vlastimil Kula.
No siempre nos encontramos con una Rita Hayworth, que tan agraciadamente representó a la Musa Terpsícore en la película de 1947, La Diosa de la Danza. La modelo (o el modelo) debe ser la colaboradora fuente de inspiración de la obra fotográfica.

Estos son los planteamientos que sustentan la publicación del libro “Musa”, de Mark Ostowski. En él seis fotógrafos hablan de su vida, de su trabajo y de sus fuentes de inspiración de forma distendida, aportando una obra como ejemplo de su visión y estilo. Se trata de Luis Durante, Roy Stuart, Charlie Roff, Jock Sturges, Vlastimil Kula y Tony Keeler, a los que se les dedica cada uno de los seis capítulos, todos construidos a través de una entrevista personalizada durante un encuentro con Ostowski. El “leit motiv” es esa musa, esa modelo (en este caso femenina) que más allá de posar para los fotógrafos llega a inspirar su trabajo y planteamiento estético.

Las palabras de cada uno de los autores ayudan a explicar ese “algo” mágico que se produce en el encuentro entre el fotógrafo y la persona fotografiada, invitándonos además a una más que interesante reflexión sobre otros aspectos íntimamente relacionados con la condición humana.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Rolando, mi amor,tu profesionalidad es indiscutible.

Llevas al lector de tu blog hacia un mundo que conoces y dominas muy bien: el arte de la fotografía.
Me siento halagada en ser tu musa, y más aún, en ser la compañera de viaje que has escogido para la vida.
Con todo mi corazón y gratitud,a tantos gestos tuyos, plagados de verdadero amor.
Tuya,
Carmela

Rolando Ruíz dijo...

Carmela, mi amor, la vida no seria igual si tu amor no la inspirase, tienes un efecto en mi preciosa que es increible, cuando pienso en ti mi mente vuela, crea, se inspira a los mas altos lugares, hoy vuelo como el aguila en las alturas, la vista desde arriba me hace dominar un futuro promisorio a tu lado. Como te amo por Dios. Rolando.

Anónimo dijo...

Musa eterna de tus días, quiero ser,para traerte arcoiris en mis cantos, frescura en mis torrentes, amor a raudales. ¡Todo lo mereces!, Rolando mío.
Te amo, vida mía.